Unicornios









Los unicornios son
uno de los seres fantásticos más conocidos y que aparecen con más frecuencia en historias, leyendas, cuentos… Las primeras referencias a ellos son del siglo V a. C., del historiador griego Ctesias, que hablaba de él como de un animal real que había sido visto en la India. Se les describe como animales con cuerpo de caballo con un único cuerno en la frente, que le da un aire majestuoso y mítico. Probablemente las menciones que hay de ellos presumiendo de “científicas” en realidad se refirieran a distintas especies de rinocerontes que contaban con un solo cuerno. Algunas de ellas hoy están extinguidas.


Se cuenta que son seres solitarios, que viven apartados y a los que el resto de los animales respeta. Se dice también que no se dejan ver más que por los puros de corazón, y que entre ellos, solo los más puros, los hechos de bondad y ternura, solo esos pueden tocarlos.
Las leyendas cuentan también que los Unicornios, tan hermosos, tan sabios, tan majestuosos, tenían un punto débil (o no tanto, tal vez…) Siendo amantes de la belleza, a veces se dejaban llevar y cambiaban su libertad por el cariño y los cuidados de alguna dama hermosa, convirtiéndose casi en un animal doméstico que acudía a visitarla a la misma hora a su jardín. Por eso son frecuentes las imágenes que les retratan cerca de doncellas, dejándose cuidar por ellas.


En cualquier caso, los Unicornios son un símbolo. Representan fuerza, libertad, imaginación, sueños, ilusiones… Aunque pasado el Romanticismo pocos historiadores se refirieran a ellos más que para desmentir supuestas apariciones, los unicornios de alguna manera están presentes, porque lo que simbolizan sigue existiendo. Las ilusiones, el deseo de libertad, la fuerza de la naturaleza, las ganas de soñar… 


Tal vez todavía hoy sigan ahí paseando entre los árboles de un bosque. Tal vez si tú eres una de esas personas en las que reina la ternura y paseas de cuando en cuando por las cercanías de algún bosque, te parezca ver una luz extraña entre los árboles. Y puede que sea algún rayo de sol reflejándose en un cuerno…






El unicornio es también representación de los dos sexos en uno. Su cuerno simboliza el sexo masculino, es un símbolo fálico asociado al hombre, pero a la vez muchas veces el cuerno del unicornio se representa en espiral, un símbolo femenino que recuerda al sexo de la mujer, y también se asocia con el agua (por similitud con las caracolas de mar, posiblemente). Mientras que el fuego y el aire son elementos asociados a lo masculino, la tierra y el agua conllevan una carga femenina. Así, aúna en el propio cuerno la masculinidad y la feminidad.
El cuerno del unicornio es el recipiente de su magia y de sus pensamientos y experiencias. Del mismo modo, en él se encuentra un extraño sentido, similar a lo que nosotros llamaríamos “sexto sentido”, o una poderosa intuición, que le lleva a brillar ante el peligro. Además, hay animales que lo presentan más liso o con rugosas espirales. Si tiene las espirales muy marcadas, es un animal viejo, que ha acumulado gran cantidad de conocimientos, vida, sensaciones. Si el cuerno está liso, casi intacto, es un unicornio recién nacido o con pocos días. En realidad en esto no es muy distinto de nosotras, las personas, que también con el paso de los años las huellas de lo vivido se dejan ver en nuestro rostro como pequeñas arrugas…


Al cuerno también se le supone poderes curativos o venenosos según la intención con que se use. También había leyendas que decían que si se le cortaba el cuerno a un animal vivo, de este nunca dejarían de brotar alimentos y riquezas sin fin (y de ahí la expresión “el cuerno de la abundancia”). Eso sí, casi todas las historias también coinciden en que arrancarle el cuerno supondrá la muerte irremediable del unicornio… Compensaría?
Hubo un tiempo en que la gente, convencida de la existencia del mítico animal y apreciándole más por el valor material que podía tener que por lo que de soñador y mágico tiene, por lo que representa en tanto que persecución de la utopía, de las ilusiones… sin pararse a ver esto, buscaban la manera de hacerse con un cuerno que les garantizase una vida lujosa y larga. Nobles y reyes llegaban a pagar grandes cantidades de dinero por algo que, al no haber visto nunca, no podían asegurar que fuese o no un cuerno del mítico unicornio. Así, surgían teorías que demostrarían que el cuerno era o no real: una de ellas decía que al meter un verdadero cuerno de unicornio en un recipiente con agua, ésta debería empezar a hervir; otra recomendaba meter el cuerno en una caja con cuatro escorpiones vivos y considerar que era verdadero si éstos morían en unas horas.


Probablemente el cuerno era capaz de proporcionar la felicidad, sí, pero de una manera que los que fueron capaces de asesinar un unicornio para conseguir su preciado tesoro nunca habrían imaginado. Así que si tenéis la suerte de ver un unicornio (que no suelen ser especialmente sociables), simplemente dejaos fascinar por su belleza y su libertad, sin asociarlo con posibles riquezas… Si eso es lo que os sucede, podréis consideraros afortunados, porque habréis descubierto la clave más importante de la felicidad: disfrutar de la belleza que te rodea sin querer guardarla para ti solo, ni desear más que lo que ese momento te está ofreciendo.
Las enciclopedias dicen que se trata de un animal mítico con cuerpo de caballo y un cuerno en medio de la frente. Pero la universalidad de las leyendas y testimonios que hablan sobre este
fabuloso animal, tanto en China como en África o América y, por supuesto, en Europa, parecen indicar que hubo un tiempo en que el hombre podía encontrar al unicornio mientras atravesaba un bosque o caminaba por parajes solitarios. De hecho, quien investiga la historia del unicornio llega a la conclusión de que esta criatura no es tan fabulosa o extraña como se nos ha hecho creer.


El caso es que, durante la Edad Media, su
figura era símbolo de poder, pureza y dignidad real, así como de energía espiritual y creativa. Pero es curioso que encontremos al unicornio en leyendas chinas y también, aún más curioso, en el arte popular indígena americano. Pero, ¿cómo ha podido extenderse tanto la leyenda de una figura solamente mítica?. La verdad es que quien investiga la historia del unicornio llega a la conclusión de que este animal, como otros, no es tan fabuloso como se nos hace creer.
El cuerno del unicornio parece ser el recipiente o cauce de su pensamiento; también se cree que pueda ser el órgano en que radique un misterioso sentido. Los racionalistas a ultranza estiman que las leyendas sobre el unicornio tienen su origen en el encuentro de los antiguos viajeros con antílopes del desierto como el orix, cuyos cuernos, vistos de perfil,
pueden parecer uno solo. RODRIGO DE ALBORNOZ, contador de la Nueva España
asegura que vio unicornios en tierras de Cibola “y que, aunque no eran tan ágiles como los que pretende haber representado en tapices y estampas, eran unicornios al fin y al cabo”.
En
conclusión no sé si realmente han existido,
pero me parece que son los seres mas bellos de
los que he tenido conocimiento.


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